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La razón principal para utilizar un transductor de presión miniatura es obviamente su tamaño. En aplicaciones donde el sistema a medir no puede cambiar en su geometría y/o en su momento de inercia, los sensores miniatura se integran fácilmente.
Otro factor es su poco peso, que evita que el sistema a medir se deforme y modifique sustancialmente su respuesta dinámica.
En aplicaciones en las que se quieren medir transitorios rápidos se necesitan también sensores con elevada rigidez y alta sensibilidad como las que presentan este tipo de transductores.
Por último en medidas expuestas a choques y vibraciones elevadas la estructura del sensor hace que presente un bajo error inducido por la aceleración.
En el catálogo se puede encontrar la serie de sensores de presión sub-miniatura que incluye algunos de los transductores más pequeños disponibles en el mercado, con diámetros de hasta 1,27 mm. El diafragma de silicona o acero inoxidable de los elementos sensores ofrecen un tamaño reducido, bajo peso, gran ancho de banda y frecuencias de resonancia hasta 1,7 MHz. Son especialmente adecuados en aplicaciones dinámicas como test de túneles de viento, aeronáutica, tecnología aeroespacial y estudio biomecánicos.
Los sensores de presión miniatura utilizan una construcción de acero inoxidable o titanio y están diseñados para aplicaciones donde sea necesario un sensor con tamaño pequeño y ligero pero con un diseño más robusto. Son adecuados para ensayos tanto estáticos como dinámicos y para fluidos.
Las aplicaciones típicas de este tipo de sensores se encuentran en el sector aeronáutico y aeroespacial, motores para competición, perforaciones de gas o petrolíferas, biomecánica, turbinas y bombas, aplicaciones marinas y para controlar y supervisar sistemas con dispensación de fluidos.